La sala de catas y refugio rural de Heretat Mas Corrubí en un antiguo pajar

Esta joven bodega de El Pla de Manlleu (Alt Camp) realiza una inversión llena de romanticismo para reconvertir un viejo pajar en sala de catas y refugio rural, en un entorno rodeado de bosques y viñedos de variedades autóctonas.

Sala de tast d'Heretat Mascorrubí.

Sala de catas de Heretat Mascorrubí.

La zona de El Pla de Manlleu, situada dentro de la comarca tarraconense del Alt Camp (municipio de Aiguamúrcia), representa el último baluarte de los vinos del Penedès y el área donde se desarrolla la viticultura a mayor altura de esta denominación. Ubicado entre los 500 y los 700 metros, Heretat Mascorrubí es un proyecto muy joven y lleno de romanticismo, que se basa en variedades autóctonas como la montònega (más conocida como parellada) o el sumoll.

Sala de tast d'Heretat Mascorrubí.

Sala de catas de Heretat Mascorrubí.

Dentro de este contexto, la empresa quiso crear un espacio idílico donde poder presentar sus vinos de la mejor manera. Una sala de catas ubicada en un antiguo pajar rehabilitado, anexa a una vieja masía en mal estado. Un lugar donde buscar, catar, experimentar y crear nuevos vinos que se añadan a la original gama que conforman Extincta Vitis, Teulera y Aixart blancos, InAnnat rosado y Captirot tinto.

Rehabilitación del pajar

Criteria Arquitecthos realizó este proyecto en 2017. Desde un buen principio, la idea partía de recuperar los muros existentes del pajar para completar su forma primitiva y, a continuación, abrirla en dirección sudeste. Es allí donde se extienden los horizontes más lejanos y donde descansan los paisajes más atractivos.

Sala de catas
Interior de la sala de tast d'Heretat Mascorrubí.

Interior de la sala de catas de Heretat Mascorrubí.

El proyecto planea una sala diáfana donde realizar catas de los productos surgidos a partir del fruto de las viñas circundantes, y unos espacios exteriores perimetrales con pérgolas de la variedad malvasía. De este modo, se erige como un espacio escénico donde gozar de una vida feliz al aire libre.

Un objetivo primordial era buscar la proximidad del visitante con el lugar, para que experimentase la sensación de sentirse como en casa mientras saborea una copa de vino. Por eso hay un cuidado especial por los detalles y las texturas de los materiales, que proporcionan intimidad y calidez. Además, la preponderancia de colores neutros en los interiores favorecen que destaquen tonalidades de los vinos.

Integración con el entorno

El edificio intenta integrarse con el entorno a través de enfoscados de cal, muros de piedra, teja envejecida y madera. Todos los materiales están dispuestos con la finalidad de dar una imagen del lugar tradicional y a la vez contemporánea.

Edificio autónomo energéticamente

La sostenibilidad del espacio se consigue a partir de alcanzar el autoabastecimiento energético y de recursos mediante sendas instalaciones fotovoltaicas y  de recuperación de aguas pluviales.

Un restaurante y un hotel entre bosques, cultivos e historia en Can Reig

El proyecto que elaboró Criteria Arquitecthos incluía la rehabilitación de una gran masía junto a la iglesia de Sant Andreu de Linya (Solsonès) y la construcción de un hotel de lujo.

Façana de l'antiga masia de Can Reig

Fachada de la antigua masía de Can Reig.

A unos doce kilómetros al este de Solsona, en medio de un entorno natural boscoso del Pre-Pirineo leridano intercalado con cultivos, Criteria Arquitecthos proyectó un hotel y un restaurante. Ambos equipamientos formaban parte del gran complejo urbanístico de Can Reig, junto con un grupo residencial, un centro deportivo y un centro de congresos.

La ubicación exacta del proyecto estaba en territorio municipal de Navès, que cuenta con menos de 300 habitantes, junto a la pequeña agrupación de masías que rodean la iglesia parroquial de Sant Andreu de Linya. Este templo de estilo neoclásico rural cuenta con un esbelto campanario de tres cuerpos y da personalidad al entorno.

Respeto per la imagen histórica
Antiga masia de Can Reig. Zona d'accés.

Antigua masía de Can Reig. Zona de acceso.

Todo el diseño de Criteria Arquitecthos se definió respetando la imagen histórica y el carácter rural del entorno. De hecho, el proyecto preveía que el restaurante se alojase en una antigua masía que se tenía que rehabilitar para este objeto, siguiendo los criterios más estrictos de respeto por el entorno en que se encuentra.

El hotel, por su lado, estaba concebido como una obra de nueva construcción al otro lado de la carretera que comunica con el pantano de Sant Ponç. Este embalse, construido entre 1949 y 1954 en el curso del río Cardener, es un reclamo turístico para los amantes de los deportes acuáticos como el kayak o bien los aficionados a los paseos a pie o en BTT, gracias a su atractivo paisajístico.

Gran masía para un gran restaurante

El proyecto del restaurante de Can Reig gozaba de una ubicación extraordinaria, en una masía de dimensiones considerables en un entorno ideal para el uso previsto. Los planos contemplaban dos plantas, donde se preveía la inclusión de más de cien sillas y todas las estancias necesarias para ubicar todos los servicios exigibles a un establecimiento de la máxima calidad. Adicionalmente, se preveía la construcción de una agradable sala exterior para ochenta comensales más.

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