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Claudi Martínez: De la Arquitectura de los Sentidos a la Abstracción Poética

La conexión entre la arquitectura y la pintura es un camino natural para aquellos que buscan transmitir sensaciones más allá de la forma y la función. Claudi Martínez, arquitecto y pintor, ha desarrollado un lenguaje visual propio en el que la luz, el color y la materia se entrelazan para crear experiencias sensoriales. Con una trayectoria consolidada en ambos campos, Martínez nos invita a adentrarnos en su universo pictórico a través de su nueva exposición: Memorias del Mediterráneo, que podrá visitarse del 13 de marzo al 8 de abril en la Galería Jorge Alcolea en Barcelona.

Invitación a la exposición de Claudi Martíne en la Galería Jorge Alcolea.

Un artista con raíces en el arte y la arquitectura

Nacido en la calle Consejo de Ciento, en el distrito del Eixample de Barcelona, Claudi Martínez creció rodeado de arte. Su tío, el pintor y escultor Josep Maria Martínez Virgili, fue su primera gran influencia y un vínculo directo con la tradición artística catalana. Su formación en la Escuela de Arquitectura le proporcionó un profundo conocimiento del dibujo y el color, pero su exploración pictórica se vio enriquecida por su aprendizaje junto a grandes nombres como Ramón Sanvisens y Teresa Llàcer, así como por su paso por el taller del pintor Carlos Bayod Serafini, donde se adentró en la disciplina de la Sensología.

A lo largo de su carrera, Martínez ha participado en 69 exposiciones en 23 ciudades de 8 países, consolidando su estilo dentro de la abstracción poética. Su trabajo arquitectónico en Criteria Arquitecthos, estudio que dirige, se basa en la Arquitectura de los Sentidos, una filosofía que busca generar bienestar a través del diseño de espacios únicos y personalizados. Esta visión también se traslada a su pintura, donde la atmósfera y la emoción son elementos clave.

La visión de Arnau Puig: gestos, materia y emoción

El historiador y crítico de arte Arnau Puig definió la obra de Martínez como «la ambivalencia entre el placer del gesto y la densidad de la emoción». Su pintura es una exploración del color y la materia como vehículos de expresión, en los que cada trazo es una respuesta a su entorno. «Todo era pertinente y todo era suficientemente justificado porque las materias, los colores, en este caso son, en verdad, ellos mismos: materias y colores, pero básicamente, fundamentalmente, fluido emocional, deseo de expresión plástica», destacaba Puig sobre su trabajo.

Obra Naranjas y estelas en la mar

Obra «Naranjas y estelas en la mar», de la colección Memorias del Mediterráneo.

Memorias del Mediterráneo: un viaje sensorial a través del color

En su nueva serie, Memorias del Mediterráneo, Claudi Martínez plasma su conexión con el mar a través de una vibrante paleta cromática y una expresión libre de las formas. La exposición recoge su recorrido pictórico desde las Islas Medas hasta Sicilia, pasando por las Islas Pitiusas, las Eolias y el Golfo de Nápoles. Más que una representación literal, estas obras son una interpretación subjetiva de sus vivencias frente al mar, una metáfora visual de la memoria y la emoción.

Según la crítica de arte Imma Gómez, «el Mediterráneo es aquí algo más que un reflejo de la memoria; es una muestra de constante transformación plástica y una metáfora de búsqueda de identidad y conexión con el recuerdo». A través de formas difusas, contrastes de luz y una atmósfera profundamente emocional, la pintura de Martínez nos invita a un viaje sensorial, donde el color deja de ser un simple recurso estético para convertirse en un puente entre sentimiento y paisaje.

La pintura como lenguaje de identidad

Para Claudi Martínez, la pintura es una extensión natural de su lenguaje arquitectónico, pero con una libertad absoluta. Como él mismo afirma: «Pinto la luz y el color del Mediterráneo como quien intenta retener el instante en la memoria». Cada obra es una exploración de la atmósfera y la percepción, donde los límites entre lo real y lo abstracto se diluyen.

Del 13 de marzo al 8 de abril, en la Galería Jorge Alcolea, los visitantes podrán sumergirse en esta experiencia pictórica y descubrir cómo la mirada de un arquitecto se transforma en pinceladas que evocan la inmensidad del mar y la riqueza de sus paisajes.

El taller de pintura (de Claudi Martínez)

La obra de Claudi Martínez no se explica sin conocer el lugar donde el artista encuentra la inspiración y la tranquilidad. En plena naturaleza, con la vista puesta en el Parque Natural del Montseny, el estudio-taller de Claudi proporciona una sensación de calma y de comunión con los ritmos y las melodías que la montaña le ofrece; tranquilos y relajantes a veces, exultantes de vida, cálidos o grises según los caprichos del tiempo y del momento. Pero siempre sugerentes.

Y es en ese lugar-no lugar donde Claudi alcanza su apogeo creativo, dejándose llevar por las sensaciones que ese marco incomparable le sugieren para traducir en trazos vivos, para plasmar con los colores de su paleta, en una sinfonía de ritmos indescriptibles, sus emociones.

El taller de pintura está separado del resto de la casa para conseguir mayor intimidad e independencia.

 

 

 

 

 

 

 

 

La luz es la característica principal del taller caracterizado por el doble espacio y el techo inclinado de madera que dan la calidez e intimidad necesarias.

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

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