La obra de Claudi Martínez no se explica sin conocer el lugar donde el artista encuentra la inspiración y la tranquilidad. En plena naturaleza, con la vista puesta en el Parque Natural del Montseny, el estudio-taller de Claudi proporciona una sensación de calma y de comunión con los ritmos y las melodías que la montaña le ofrece; tranquilos y relajantes a veces, exultantes de vida, cálidos o grises según los caprichos del tiempo y del momento. Pero siempre sugerentes.

Y es en ese lugar-no lugar donde Claudi alcanza su apogeo creativo, dejándose llevar por las sensaciones que ese marco incomparable le sugieren para traducir en trazos vivos, para plasmar con los colores de su paleta, en una sinfonía de ritmos indescriptibles, sus emociones.

El taller de pintura está separado del resto de la casa para conseguir mayor intimidad e independencia.

 

 

 

 

 

 

 

 

La luz es la característica principal del taller caracterizado por el doble espacio y el techo inclinado de madera que dan la calidez e intimidad necesarias.