La antigua bodega Pinord, situada en la emblemática calle Comerç de Vilafranca del Penedès, junto a la estación de tren, fue objeto en 2013 de un proyecto de reforma y actualización por parte del equipo de Criteria Arquitecthos. El plan era mantener la tradición sin renunciar a la tecnología más avanzada.

Façana Pinord

Fachada Pinord

La calle Comerç (Comercio) fue, durante décadas, la principal tarjeta de presentación de Vilafranca del Penedès, la capital del vino de la D.O. Penedès. A lado y lado de esta calle, donde se encuentra situada la estación del ferrocarril, se alineaban naves y almacenes de las principales empresas, mayoritariamente bodegas elaboradoras de vino y, en menor medida, de cava.

Una de estas bodegas es la de las Bodegas Pinord, propiedad de la familia Tetas, originaria de la población vecina de Sant Cugat Sesgarrigues. En 1942, Josep Maria Tetas instaló la bodega familiar en la calle Comerç y desde allí inició su expansión, hasta alcanzar una producción de más de cinco millones de botellas anuales. Hoy en día, la compañía elabora vinos en siete denominaciones de origen españolas, está presente en más de 45 países y ha arrancado un camino de futuro comprometido con la agricultura ecológica.

Reforma Pinord

Reforma Pinord

Tradición y modernidad

Actualmente, Pinord ya no utiliza su antigua tubería propia que pasaba bajo las vías y permitía llenar directamente de vino los vagones cisterna de los trenes hacia sus clientes. No obstante, mantiene el legado de la tradición y los métodos artesanales, sin renunciar a la última tecnología.

Estos dos –tradición y modernidad– fueron los ejes sobre los que se basó el proyecto de Criteria Arquitecthos para la reforma y actualización de la nave de Pinord. Aunque su entrada está oficialmente situada en la calle lateral del Doctor Pasteur, la fachada principal es todo un símbolo de identidad encarado hacia un espacio abierto de una zona de Vilafranca que ha experimentado grandes transformaciones a lo largo de los últimos años.

Y es que la fachada de la nave de Pinord ha sido testigo de la construcción de las vías del AVE primero, del cubrimiento de estas vías después y finalmente la urbanización y ajardinamiento de todo el espacio. La bodega, pues, no se podía quedar atrás y su lavado de cara así lo demuestra.

El edificio en cuestión es una nave entre medianeras con cubierta a dos aguas sobre una estructura de cerchas de madera. La intervención arquitectónica incluyó la eliminación de los antiguos depósitos de cemento y de parte de los altillos, manteniendo las cerchas de madera originales de la cubierta, estudiando su estabilidad según la normativa vigente.

Por otro lado, se construyeron unos accesos en la parte posterior del edificio que salvan el desnivel existente entre el interior de la bodega y el exterior de la calle.

Preparados para el enoturismo

La conservación de las cerchas permitió continuar con una tradición artesanal que cuida de los detalles y los materiales originales. Con la otra intervención arquitectónica, se consiguió una continuidad de recorrido acogedor que permite apostar por la innovación. Es decir, se alcanza el objetivo de que una edificación antigua albergue las instalaciones productivas más modernas.

Actualmente, estas instalaciones son visitables para los amantes del enoturismo, que lo pueden combinar con la degustación de varios vinos y una visita por los viñedos familiares.