El ambiente interior de un hotel es uno de los factores que determinan la calidad de la estancia de nuestro huésped. El control de la temperatura, la humedad, la ventilación o la luz son algunos de los elementos que deben ser controlados al detalle.

Entre estos elementos, hoy queremos hablaros del control lumínico, una buena iluminación asegura el confort y bienestar de nuestro huésped. Como siempre recordamos, el huésped debe llegar a nuestro hotel y sentirse mejor que en su propia casa, porque esto es lo que convierte su experiencia en algo memorable y para ello debemos crear ambientes lumínicos de confort que puedan ser modificados a su antojo, según su estado de ánimo y que por supuesto sean efectivos y eficientes.
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Sin embargo, no hay que olvidar que la experiencia del cliente no se centra únicamente en la habitación, sino que la iluminación debe ser coherente y unitaria en todas las estancias del hotel, desde el restaurante a las zonas de paso o las zonas exteriores, la disposición e intensidad de la iluminación permiten a nuestro huésped detectar distintos ambientes donde pasear, leer, comer o descansar.

El control del color y la intensidad

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Tanto si trabajamos con tonos blancos como en colores, lo que va a marcar la diferencia de la experiencia del usuario será la posibilidad de controlar el tono y la intensidad de la iluminación.

No podemos dar por supuesto que un único color va a ser válido para todos los clientes y situaciones, si el huésped precisa un espacio de descanso como puede ser su habitación o una zona de spa en el hotel, nos interesa utilizar tonos cálidos de baja intensidad. Esto es válido para momentos en los que el huésped tiene una actitud pasiva, como puede ser tras un masaje, viendo la tele o haciendo una siesta.

Sin embargo, en momentos en los que va a desarrollar actividades más activas, cómo puede ser lectura o durante la realización de ejercicio, el cliente precisa de iluminación más intensa de tonos neutros.

Técnicamente, es posible solucionar el control de la intensidad y el color a través de luminarias LED que son de fácil montaje y que disponen de un bajo consumo eléctrico unido a una reducida carga térmica.

Más allá del control de la intensidad: las escenas lumínicas

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Como hemos visto, disponemos de una gran cantidad de opciones de control de intensidad y color y ello nos puede llevar a una situación en que las opciones son tan diversas para el huésped, que el control se convierte en algo más bien complejo.

Por este motivo, es muy recomendable, sobretodo en el ambiente de habitación, trabajar mediante escenas lumínicas.
Definir un número limitado de entre 6 y 10 escenas convierte la experiencia de la habitación en un universo cambiante acorde al estado de ánimo y a la actividad que el huésped realiza en cada momento.

Las escenas pueden ser de lo más variado y cada una tiene definida una configuración determinada de intensidad, color y cantidad de luces encendidas. Por ejemplo, se puede definir la escena leer, dormir, relajar, llegada, ver la televisión, etc.

También en espacios comunes es posible definir distintas escenas que se van modificando a lo largo del día o de la temporada del año.
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En Criteria Arquitecthos sabemos que la impresión que los huéspedes tienen de un hotel queda configurada por recuerdos subjetivos a los que una iluminación adecuada contribuye de forma positiva. Una buena iluminación puede causar una primera impresión adecuada que atraiga a los clientes hacia el mostrador de recepción y los guíe a través del mobiliario o recorridos más interesantes de nuestro hotel, dándoles la sensación de bienestar, sintiéndose bienvenidos.