Al definir la arquitectura de los sentidos, es lógico interesarse por cuáles son estos sentidos y cómo actúan como exploradores de la percepción. Analizamos aquí el tercer sentido de los llamados propioceptivos: el sentido del movimiento corporal.

El ser humano siente y percibe gracias a las sensaciones captadas por nuestros órganos sensoriales. Desde Aristóteles se habla de cinco sentidos externos básicos llamados exteroceptivos: la visión, la audición, el olfato, el gusto y el tacto. Además de estos sentidos clásicos, las investigaciones psicológicas realizadas a partir de los años cincuenta plantean los sistemas sensoriales, que van más allá de los originales.

Sentido del movimiento corporal o cinestésico

Es el sentido de los movimientos de las diferentes partes del cuerpo. Este sistema recibe información sensorial de los receptores situados en las articulaciones óseas, los músculos y los tendones, y nos ayudan a evaluar nuestra capacidad para efectuar un determinado esfuerzo.

La percepción cinestésica es la que obtenemos de los músculos y de los tendones cuando la percibida por la piel se ha eliminado.

Como ha escrito Robert Yudell: «El movimiento deja de ser un conjunto de acciones reflejas, indeterminadas e indescifrables, para convertirse en una interacción organizada y profundamente sentida con la materia positiva del espacio. El bailarín y el espacio aparecen así como compañeros inseparables que se inspiran mutuamente».

El movimiento hacia arriba simboliza el crecimiento, el anhelo y la llegada, y el movimiento hacia abajo simboliza la absorción, la inmersión y la compresión.

 

Sentidos exteroceptivos:

Vista     Oído     Olfato     Gusto     Tacto

Sentido interoceptivo:

Sentido del bienestar físico

Sentidos propioceptivos:

Sentido de la orientación

Sentido de la posición corporal